miércoles, 9 de junio de 2010

GUÍA DEL CULTIVADOR

Suelo: El Kaá Heê puede cultivarse en diversos tipos de suelo. Prospera muy bien los suelos flojos, livianos, con mucha materia orgánica, suelos de rosado, en los suelos arcillosos tipo Paraná (rojo). No debe destinarse para el cultivo de los suelos bajos que retiene mucha humedad, como los arcillosos (lodos) de campo bajo (lodal). Si se dispone de surgente (naciente), arroyos, etc., para el lugar del cultivo, debe ubicarse en las partes mas altas y cercanas de la fuente de agua.
Preparación del terreno: La preparación del terreno para el Kaá Heê debe hacerce primero con una labor profunda, luego las superficiales para mantener bien mullida la tierra y dejarla expedita para las labores de limpieza. Hecho esto se procede a la plantación, para la cual, previamente se preparan las mudas o brotos de la cepa.
Preparación de las mudas: Al efecto, se arrancan las cepas, a principio de la primavera, en el momento que se inicia la brotación. Para facilitar la separación de los brotos, las cepas, deben colocarse en el agua de modo a ablandar la tierra existente entre las raíces. En tales condiciones cada broto constituye una planta, que se separa cortando, o simplemente quebrando con la mano, el rizoma sobre el cual se halla, procurando dejar a cada broto una o dos raíces.
Plantación: La plantación se hace colocando cada broto a la distancia de 0,15 cm. entre plantas y 0,60 cm. entre lineas, en hoyos previamente preparados con la azada o con la surcadora. Los brotos deben sobresalir apenas de la superficie del suelo, y a medida que se vayan plantando, se deben regar abundantemente. Mientras se hace la plantación, es conveniente tener los brotos ya separados de la cepa en un lugar sombreado y fresco. Los brotes plantados en primavera arraigan con facilidad, dando una buena cosecha de hojas el mismo año (Diciembre - Enero).
Limpieza: Como se trata de una planta cuyo producto reside con la hoja, la plantación de mantenerse bien limpia, es decir, constantemente libre yuyos, particularmente en la época de la cosecha
Cosecha: La máxima cantidad de hojas se cosecha al 3º y 4º año de plantado quedando estacionado hasta el 6º año para luego decrecer.
El rendimiento, según los primeros ensayos verificados en la zona de Alto Paraná dio un rendimiento de 4.000 kilos de hojas secas por Ha en el 4º año, sobre cultivo de 100.000 plantas por Ha. El corte de limpieza se debe efectuar en la primera quincena de Septiembre, en todos los cultivos existentes como así mismo proceder al transplante de las mudas hasta el 30 de octubre.
El corte comercial de ramas, se efectúa en Diciembre-Enero y luego cada 90 o 100 días después de cada corte, en la época de floración o un poco antes, pero nunca debe demorarse demasiado, pues, en este caso se corre el riesgo de perder muchas hojas, quedando también el producto de inferior calidad, ocurre que las hojas secadas en las plantas pierden su dulzura por efecto de las lluvias y aun mismo del rocío. La cosecha de hojas se efectúa cortando las ramas con machete bien filoso a 0,10 o 0,15 cm. del suelo.
Tan pronto se efectúa el corte, las ramas deben ser transportadas a la sombra de un galpón donde se esparcirán convenientemente para que marchiten y conserven el color verde de las hojas, por tanto no debe dejarce muchas horas al sol, ni menos apiladas en el galpón, pues en tal caso arden, quedando negras las hojas. Una vez en el galpón, las ramas deben ser removidas dos veces al día con horquillas a fin de apurar la desecación mediante la ventilación y aireación conveniente.
En tales condiciones, las hojas secas rápidamente pudiendo amontonarse sin inconveniente desde el 5º, 6º día del corte. En las explotaciones de cierta extensión el secado puede hacerce en estufas o secaderos a aire caliente, necesitando entonces menos espacio, menos tiempo y la cosecha se hace con mas economía y seguridad.
Enfardaje: Una vez bien secas las hojas se enfarda el producto, pudiendo para el efecto hacerce uso de la misma prensa utilizada para la alfalfa o el tabaco. Los fardos deben hacerse envolviéndolos con arpillera fuerte y tupida como la usada para embolsar azúcar.
Conservación: Una vez enfardada, se guardan en depósitos secos y bien ventilados, pudiendo conservarse así, sin perder sus cualidades por mucho tiempo, casi indefinidamente.

POR: LUIS EDUARDO

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